La Batalla de Carabobo fue una de las principales acciones militares de la Guerra de Independencia de Venezuela en el marco de las Guerras de Independencia Hispanoamericanas que se llevó a cabo en el Campo de Carabobo el 24 de junio de 1821, por parte del ejército patriota contra el ejército real español.
La Batalla de Carabobo fue decisiva en la liberación de Caracas el día 29 de junio, así como del resto del territorio venezolano tras la expulsión definitiva de las tropas españolas en la posterior batalla naval del Lago de Maracaibo.
Antecedentes de la Batalla de Carabobo
Con el armisticio del 28 de abril de 1821, ambos bandos comenzaron una movilización de sus fuerzas. Los leales al Rey poseían un despliegue que hacía favorable un combate en detalle, venciendo a las divisiones patriotas de la Gran Colombia una a la vez. Los grancolombianos, en cambio, necesitaban concentrar sus tropas para poder obtener una sola batalla decisiva. Y esta, finalmente, sería la Batalla de Carabobo.
El general republicano Mariano Montilla al mando de tres mil hombres puso bajo asedio Cartagena de Indias entre el 14 de julio de 1820 y el 10 de octubre de 1821 (durante la vigencia del armisticio hubo un alto al fuego) y ocupó Riohacha y Maracaibo (lo que llevó al fin de la tregua).
¿Quiénes participaron de la Batalla de Carabobo?
Los cálculos decimonónicos sobre las fuerzas presentes en la Batalla de Carabobo tienden a ser muy favorables para uno u otro bando, variando mucho entre sí. Sin embargo, todos reconocen la superioridad numérica de los independentistas.
La de Alison da 4.001 para La Torre y 8.000 para Bolívar, de estos últimos 1.200 eran miembros de la Legión británica y 3.000 de caballería llanera comandada por Páez. Mosquera cifra al ejército grancolombiano en 9.000 o 10.000 hombres pero Mulhall lo rebaja a 7.500. Incluso Karl Marx reconoce la superioridad numérica grancolombina: 1.500 jinetes y 2.500 infantes realistas contra 3.000 jinetes y 6.000 infantes (1.100 británicos) patriotas. Por su parte, Dromundo eleva la cifra de infantes realistas a 3.500 aunque conserva la de jinetes. Lo mismo hace López.
Estimaciones modernas y estudios recientes sobre la Batalla de Carabobo, en cambio, discrepan de dichas cifras. Zamora habla de solo 4.300 realistas y 6.500 republicanos. Respecto de esta última cifra coincide con la de Bushnell, 2.500 jinetes y 4.000 infantes. López habla de 4.000 infantes y 2.300 jinetes. Sinclair estima el ejército revolucionario en 10.000 combatientes, 3.000 jinetes y el resto infantes. De Armas Chitty da unas cifras muy similares a las de Marx respecto de la tropa realista: 2.566 infantes, 1.651 jinetes y 62 artilleros con 2 cañones.
¿Cómo fue la Batalla de Carabobo?
A primera hora del 24 de junio, desde las alturas del cerro Buenavista, Simón Bolívar hizo un reconocimiento de la posición de los realistas sobre su caballo blanco Palomo y llegó a la conclusión de que esta era inexpugnable por el frente y por el sur. En consecuencia, ordenó que las divisiones modificaran su marcha por la derecha y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto; es decir, Bolívar concibió una maniobra tendiente a desbordar el ala izquierda enemiga, operación ejecutada por las divisiones de Páez y Cedeño, en tanto que la división de Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición de ataque de los compatriotas al mando de Bolívar.
Al darse cuenta De la Torre de la maniobra, ordenó al batallón Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia el Bravos de Apure, cabeza de la primera división, el cual después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure tuvo que replegarse por dos veces.
La situación cambió cuando una unidad que lo seguía, el batallón Cazadores Británicos, se enfrentó y lo obligó a retroceder. En esta acción, el Batallón Británico demostró una gran valentía y sangre fría, soportando cada una de las cargas del ejército real, perdiendo a su comandante Tomás Farriar y a 17 de sus oficiales superiores, pero permitiendo a los «Bravos de Apure», liderados por Páez, reorganizarse y contraatacar de forma efectiva.
Para detener el repliegue de las unidades realistas que había producido la operación Republicana, De la Torre envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, los que lograron sostener la línea de combate, pero solo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división del ejército patriota entró por el norte de la sabana. Con el fin de hacer frente a este nuevo ataque, De la Torre ordenó al Húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería rebelde, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas.
Finalmente, atacados de frente por la infantería y por la derecha por la caballería, los batallones leales al Rey optaron por la retirada. Como último recurso, De la Torre le ordenó al regimiento de los Lanceros del Rey que atacara a la caballería grancolombiana, pero esta unidad no sólo desobedeció la orden, sino que huyó ante la embestida de las fuerzas de Bolívar.
Al entrar la Batalla de Carabobo en su fase final, el 1.º de Valencey forma cuadro y comienza a retirarse, los rebeldes iniciaron una tenaz persecución del ejército real, la cual fue llevada a cabo hasta Valencia y seguirían hasta llegar a salvo a Puerto Cabello. De los 4279 efectivos que participaron en la Batalla de Carabobo, los realistas perdieron dos oficiales superiores, 120 subalternos y 2786 soldados.
La Batalla de Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela. A pesar de que la guerra proseguiría hasta 1823, debido a que algunos restos de las fuerzas realistas lograron escapar del campo de batalla y lanzarían varias campañas contra el occidente del país, conocidas como la «Campaña de Occidente»; el poder de los españoles en Venezuela estaba liquidado y esto le permitió a Bolívar iniciar las Campañas del Sur mientras que sus subordinados acababan la lucha en Venezuela.
Los últimos focos de resistencia realista cayeron en las campañas posteriores, Cumaná en el oriente fue tomada poco después, el 16 de octubre del mismo año. Mientras que Francisco Tomás Morales logró refugiarse en Puerto Cabello con 2.000 sobrevivientes de la Batalla de Carabobo (más 1.000 hombres de la guarnición local), pronto reunía más de 5200 hombres reconquistando Maracaibo y Coro el 7 de septiembre y 3 de diciembre de 1822, respectivamente.
Tras las derrotas realistas en Cumarebo, en la batalla naval del Lago de Maracaibo del 24 de julio de 1823 y el asedio planteado por el general Páez en Puerto Cabello la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar la plaza el 8 de noviembre de 1823, dos días después el castillo de San Felipe fue tomado, acabando así la guerra de independencia en Venezuela después de más de trece años.