Un concentrador de oxígeno es un equipo médico que por medio de la electricidad logra administrar a un paciente una mayor relación de dioxígeno por volumen, para compensar alguna deficiencia (debido a una lesión o enfermedad, por ejemplo) en la captación de este gas y aumentar la eficiencia de la respiración.
En estas épocas donde la pandemia del coronavirus siembra incertidumbre, pánico y dolor a lo largo y a lo ancho de nuestro planeta, es necesario estar prevenido y saber que el concentrador de oxígeno es una fuente de suplemento de oxígeno confiable y eficiente.
A su vez, es necesario saber que al operar el concentrador de oxígeno no requiere previo calentamiento. Desde el mismo momento en que se enciende está listo para usarse.
Cómo funciona un concentrador de oxígeno
El concentrador de oxígeno opera eléctricamente. La unidad separa el oxígeno del aire ambiental, lo cual le permite tener un suplemento de oxígeno de alta pureza.
Aunque el concentrador filtra el oxígeno del cuarto, no afectará la cantidad normal de oxígeno en su habitación. El concentrador de oxígeno usa un filtro que retiene el oxígeno y expulsa el resto del aire, lo humedece y lo envía al paciente, en forma apropiada, de acuerdo a sus requerimientos.
En general, el concentrador de oxígeno permite generar oxígeno a razón de 5 litros por minuto. Al final, el resultado es oxígeno terapéutico en una concentración casi pura (93%).
Ventajas del concentrador de oxígeno
Una de las ventajas del concentrador de oxígeno es que se trata de un aparato portátil, que requiere poca energía y es apto para cualquier espacio, limpio y seco.
A su vez, para su mantenimiento, basta con lavar periódicamente el envase humidificador. Y con tener agua destilada para humidificar el oxígeno es suficiente, lo que convierte al concentrador de oxígeno en algo sencillo de operar y mantener.
¿Dónde debe estar ubicado?
El concentrador de oxígeno debe estar ubicado preferentemente en el lugar en donde el paciente pase la mayor parte de su tiempo. Debe ser un área seca, bien ventilada, en la que no reciba luz directa del sol ni, en caso de lluvia, pueda verse afectada por salpicaduras o humedad.
A su vez, el concentrador de oxígeno debe estar separado al menos a 15 cm de cualquier superficie como pared o muebles. Debe estar lejos de cualquier superficie caliente o fuentes de calor, tales como motores, rejillas de aire caliente o calentadores de cualquier tipo.
Concentrador de oxígeno: mantenimiento
El concentrador de oxígeno requiere realmente poco mantenimiento, en comparación de otros artefactos sanitarios. En relación con el cuidado, debe estar en un lugar seco y limpio. Cuando no se use, debería cubrirse con una manta o forro que lo proteja del polvo y la humedad.
En relación con la limpieza, una vez a la semana debe limpiarse el envase humidificador de oxígeno. ¿Cómo? Lavarlo con agua y detergente, luego enjuagarlo con una solución de 1 parte de vinagre y 10 de agua y, por último, enjuagar nuevamente con agua. Luego, llenar el humidificador con agua destilada hasta el nivel indicado. Periódicamente, debe lavar además el filtro.
En cuanto a la reposición de los consumibles, puede variar mucho según su uso y cuidado. Influyen aspectos tales como de si el aparato permanece o no en la intemperie, si está en clima húmedo o seco, si cuando no está en uso está cubierto apropiadamente o no.
En condiciones normales, en promedio, el filtro de aire se reemplaza una vez al año y el filtro para las bacterias, cada 2 años, dependiendo también del fabricante de su equipo y del servicio técnico.
Diferencias entre un concentrador de oxigeno y un tanque de oxígeno
Los tanques de oxígeno que se utilizan en hospitales, clínicas y por los paramédicos, son dispositivos que tienen una determinada cantidad de oxígeno comprimido en ellos, es decir son contenedores de oxígeno. Estos se utilizan para realizar terapias respiratorias, para reanimar pacientes (resucitación), en unidades de cuidados intensivos o para colocar anestesia, entre otros.
Dicho en otras palabras; la principal diferencia entre un tanque de oxígeno y un concentrador de oxigeno es que el primero cuenta con una cantidad finita de oxígeno comprimido y solo contiene oxígeno previamente cargado, no lo produce, mientras que los concentradores tienen un suministro infinito de oxígeno, siempre y cuando el aparato que se está utilizando esté conectado a una red de energía o tenga una batería que le permita mantener activo el mecanismo.
La otra diferencia importante a tener en cuenta es que todos los cilindros de oxígeno entregan oxígeno en un flujo continuo, mientras que los concentradores de oxígeno, tienden a variar la administración de dosis de oxígeno según el diseño o función del dispositivo que se esté utilizando. Existen modelos que, por ejemplo, aplican dosis de oxígeno según el pulso del paciente lo cual en muchos casos es el óptimo en tratamiento de oxigenoterapia.